martes, 8 de agosto de 2023
CONTIGO NO
lunes, 7 de agosto de 2023
IDENTIDAD. TE LA REGALO
El ser o el estar. El ser o el sentir. Hamlet ya se lo planteo porque es la base de cualquier relación de un individuo con el colectivo al que pertenece. Somos muchas cosas, pero ninguna es importante sino lo sentimos. Nadie es padre o madre sino se siente padre o madre. Un papel no puede ser nunca el que mande sobre la razón humana.
martes, 2 de junio de 2009
Deseo
Sentado, pensando, esperando, desesperado. Cada momento es algo más que un instante de tiempo. Un recuerdo no es más que un deseo. ¿Y qué deseo? ¿Y qué recuerdo? Y qué deseo dejó de ser un recuerdo, y ahora es algo que no recuerdo. Qué cuento me cuento para creerme que no recuerdo lo que no deseo. Quién me cuenta el cuento de un deseo que cuando se convierte en sueño, al instante ya no me interesa. Y voy y lo olvido! ¿Es qué un sueño es más tangible que un deseo?
Dejame que me asome al escote de esa puta, la codicia, que cada día me regala un deseo nuevo.
Dejame que te desabroche otro botón, te juro que es el último.
miércoles, 13 de mayo de 2009
Gracias Antonio
jueves, 16 de abril de 2009
Con Sinde no hay paraiso
El otro día el 8 de abril de 2009 publicaron en su Web una foto de la nueva ministra de cultura la “Sinde”. Nunca una foto dijo tanto retocando tan poco.
Aquí os dejo el imagen y el link de su web http://www.eljueves.es/2009/04/08/gonzalez_sinde_contra_las_descargas_ilegales.html

miércoles, 8 de abril de 2009
Distinto destino
y no lo sentía.
Cuantas veces te dije te odio
y no lo sentía.
Sólo se que algunas veces cuando
menos me lo esperó va el destino y
me demuestra, que entre ganadores y vencidos
yo no me encuentro entre ninguno de ellos.
¡Joder con el destino!
Creo que ya tengo bastantes enemigos.
¡No! ¿Tú también?
Me veo venir y veo que me voy.
¿Cuándo seré yo por fin él que elija mi destino?
jueves, 6 de noviembre de 2008
Mentira
Todos los años cuando cumplo diez años me prometo que será la última vez. Ya se que es difícil pero, cada año, intento que se el definitivo. Confío ciegamente en que el año siguiente será diferente.
En los días previos a mi cumpleaños me imagino cómo será tener once años, pero la realidad es dura y me recuerda cúal es mi inevitable destino. Al llegar el día… ¡Hala! ¡Otra vez diez años! ¡Joder con las matemáticas! ¡Y eso que son exactas!...
Hace unos años, el día que iba a cumplir once años, me compraron dos velitas. Eran dos números uno. Mi madre había preparado una cinta de casete que tenía grabadas once campanadas y frente a mí estaba colocado un plato con once granos de uva.
Rodeándome, como los caballeros de mesa redonda rodeaban al Rey Arturo, diez amigos. Los once querubines observamos en silencio como mi madre encendía las velas. Apagó la luz y encendió el radio casete y las campanadas empezaron a sonar.
1, 2, 3..., caían como losas, 4, 5, 6..., cada campanada un latido, 8, 9, 10 y … ¿se acabo? Nada de nada. La esperada undécima campanada no sonó. ¿Se había estropeado el radiocasete? No, ¡que va! Es que no estaba. ¿Dónde narices estaba la puñetera campanada? Probamos y probamos, y no había manera de escucharla. Mis invitados se marcharon aburridos, tras tan considerable fracaso logístico.
Me miré al espejo y entonces comprendí que nada había cambiado. Así que... ¡nada! otro añito con diez años.La verdad es que tener diez años no esta mal, pero claro, tiene inconvenientes y ya se sabe que hasta lo bueno cansa.
Un día mi profesor de quinto de E.G.B., me dio un consejo. La verdad es que no la recuerdo al pie de la letra pero bueno rezaba algo así: “Haz una lista. De lo bueno y de lo malo. Ponlo en una balanza y hacia donde se incline, ese es el camino a seguir o a no seguir.” Bueno la verdad es que creo que no era así exactamente pero la cuestión es cuando me lo contó con diez años tampoco lo comprendí. Pero pasado el tiempo comprendí lo que me quiso decir aquel profe mío, y tras sopesarlo tener diez años es muy chulo.
No paro de jugar al fútbol, por cierto, cada año mejor. En el cole los deberes los hago de memoria, así que tengo toda la tarde libre para no hacer nada. Y bueno... mi madre se ahorra en velas una barbaridad o un sueldo como dice ella. Pero por supuesto, las desventajas de esta situación florecen impetuosamente. Por ejemplo, de los amigos que tenía cuando cumplí diez años por primera vez, ya no recuerdo ni sus caras. Mis amigos van cambiando cada año y hace ya tanto de esta situación que puede ser que hasta el hijo de alguno de ellos ya tenga diez años y sea mi compañero de clase. Además cada año tengo menos fuerzas, no físicas sino mentales, por supuesto.
Hace algún tiempo me han cambiado a otro cole. Estoy interno pero no esta mal. Además el profe que tengo ahora es total aunque un poco raro. Yo creo que está un poco loco, pero es muy gracioso. Me dice que esto no es un cole y que yo no tengo diez años. ¡Es la leche el tío! Dice que tengo cuarenta y tres y que hay cositas en mi cabeza que no funcionan bien. La verdad es que no me importa lo que me diga, pero lo que sí que es cierto es que en este cole hay gente pero que muy rara. Aquí todo el mundo lleva bata... ¡hasta los conserjes! que por cierto son un montón.
Bueno me voy a preparar mi cumple que mañana cumplo once años.
ES MENTIRA (JOAQUIN SABINA)


